Hemos construido una cultura de espaldas a la Naturaleza, porque cuando el ser humano mira hacia ella lo hace desde la exterioridad, la superioridad y la instrumentalidad. Esa mirada es la causante del deterioro de nuestros paisajes y la sociedad que lo habita.
Para Educar la Mirada hacia el paisaje, el primer paso comienza a través de vivir experiencias desde pequeñxs que generen un vínculo emocional con el lugar y con su entorno.
Las experiencias en la naturaleza en los niños/as marcan los recuerdos de su infancia y su forma de mirar, lo que impacta en el paisaje que le rodea.