Cuando un diseñador analiza el estilo de un cliente, realiza un estudio profundo de sus preferencias visuales, abarcando desde moda hasta espacios interiores y arte. Este proceso meticuloso identifica patrones en colores, texturas y formas que resuenan con el cliente.
Esto es usualmente un ejercicio mental y el diseñador se lo guarda para si mismo, hoy lo estamos poniendo a su disposición. Esta descripción detallada de su estilo no solo facilita decisiones de compra—desde muebles hasta ropa—sino que garantiza que cada adquisición refleje su personalidad única, haciendo que cada compra sea una extensión auténtica de su identidad.