Que la Biblia, Antiguo y Nuevo testamento, es la palabra de Dios; la Revelación al hombre. Esta fue verbal y plenariamente inspirada por el Espíritu Santo y por lo tanto, exenta de errores en los originales constituyéndose así en infalible regla de fe y de conducta para el ser humano. Que el único y verdadero Dios se ha revelado a sí mismo, como existiendo eternamente en tres divinas personas a saber: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que tienen la misma naturaleza, atributos y perfecciones, y son dignos del mismo homenaje, confianza y obediencia. Que Jesucristo es verdadero Dios y hombre. Fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de la
Virgen María. Al morir en la cruz, el justo por los injustos hizo expiación de nuestros pecados, de modo que todo aquel que crea en El será justificado basándose en su sangre derramada. El habiéndose, entregado a sí mismo para limpieza de nuestros pecados, se levantó de los muertos conforme a las Escrituras y se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas como nuestro Sumo Sacerdote. Que el Espíritu Santo es una persona divina enviada para habitar, guiar, enseñar y capacitar al creyente y con El viene la investidura de poder para servir y vivir en santidad. Esta unción maravillosa es distinta y subsiguiente a la experiencia del nuevo nacimiento. El Bautismo en el Espíritu Santo en los creyentes tiene como evidencia inicial la señal física de hablar en otras lenguas como el Espíritu le da que hablen. Que el hombre fue creado por Dios a su imagen y semejanza, pero cayó en transgresión por causa de la desobediencia y como consecuencia de su pecado perdió su vida espiritual y quedo sujeto al poder de Satanás. Todos los hombres nacen con una naturaleza pecaminosa y están separados de la vida de Dios, pudiendo ser salvos únicamente por el arrepentimiento para con Dios y la Fe en el sacrificio vicario de Cristo en la cruz del Calvario. En la Segunda Venida de Cristo, que incluye el rapto de los santos, la bendita esperanza del creyente, seguido después de un periodo no menos de siete (7) años por el visible retorno de Cristo con sus santos para reinar en la tierra por mil años.
La Universidad Pentecostal Mizpa busca no solo promover el crecimiento intelectual de sus estudiantes, sino también contribuir a su desarrollo espiritual, emocional, ético a fin de que puedan constituirse en agentes de cambio moral en el entorno social en que se desarrollan. Es por eso, que requerimos a nuestros estudiantes que observen siempre las normas de conducta que evidencian un estilo de vida cristiano cristo céntrico y bibliométrico. Ceñirse estrictamente a los requerimientos morales bíblicos será prueba fehaciente de una madurez y carácter espiritual que demostrará que están aptos para ser Embajadores y Reyes en el Reino por venir. Nos reservamos el derecho de dar de baja a cualquier estudiante que a nuestro juicio exhiba una conducta reñida con los principios aquí declarados.